En inglés: Rationing
Qué es el’Racionamiento’
El racionamiento es la práctica de controlar la distribución de un bien o servicio para hacer frente a la escasez.
DESGLOSE ‘Racionamiento’
El racionamiento implica la distribución controlada de un bien o servicio escaso. Por ejemplo, a una persona se le puede asignar una cierta cantidad de alimentos por semana, o a los hogares se les puede permitir regar su césped sólo en ciertos días.
Según la ley de la oferta y la demanda, cuando la oferta disponible de un bien o servicio cae por debajo de la cantidad demandada, el precio de equilibrio sube, a menudo a niveles inasequibles. El racionamiento deprime artificialmente el precio al limitar la demanda (como alternativa, pueden imponerse topes de precios, lo que crea la necesidad de racionar para mantener un cierto nivel de oferta). El racionamiento generalmente resulta en escasez.
Por ejemplo, el embargo árabe de petróleo de 1973 provocó la caída en picado del suministro de gasolina en Estados Unidos, lo que hizo subir los precios. El gobierno federal racionó los suministros nacionales de petróleo a los estados, que a su vez implementaron sistemas para racionar sus limitadas reservas. En algunos estados, por ejemplo, los autos con placas que terminaban en números impares sólo podían llenarse en fechas impares. Estas respuestas evitaron que los precios de la gasolina siguieran subiendo, pero provocaron largas colas.
La teoría económica clásica sugiere que cuando la demanda excede a la oferta, el aumento de los precios y los precios altos a su vez reducen la demanda y alientan a los nuevos participantes en el mercado, aumentando la oferta y bajando los precios a niveles razonables. Si la realidad fuera tan simple, el racionamiento sería contraproducente -porque crea escasez- e innecesario, ya que el mercado actuaría para reestabilizarse. El problema es que para algunos bienes y servicios -alimentos, combustible y atención médica- la demanda es inelástica, es decir, no disminuye en proporción a los aumentos de precios. Otros problemas impiden que los mercados se reequilibren, como predice la teoría clásica: la entrada de nuevos proveedores puede no ser posible si la escasez es el resultado de un fracaso de la cosecha, una guerra, un desastre natural, un asedio o un embargo.
Ante la opción de permitir que los precios de las necesidades básicas suban inexorablemente, o de imponer raciones, los gobiernos suelen elegir estas últimas. La elección puede no ser ideal, pero no es necesariamente irracional, ya que la alternativa puede ser el descontento.
Muchas economías capitalistas han recurrido temporalmente al racionamiento para hacer frente a la escasez en tiempos de guerra o de desastres: Estados Unidos y Gran Bretaña publicaron libros de racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, limitando las cantidades de neumáticos, gasolina, azúcar, carne, mantequilla y otros bienes que se podían comprar. En los países comunistas, en cambio, el racionamiento era en muchos casos una característica permanente o semipermanente de la vida cotidiana. En Cuba en 2017, un libro de raciones da derecho a una persona a cinco libras de arroz, una bolsa de café y media botella de aceite de cocina cada mes sin costo alguno. Desde entonces